O mejor dicho: sobre el Perdón
Alguna vez dije que yo nunca escribiría sobre temas de política en mi blog porque me parece que es una temática sumamente aburrida y, hoy, ideologizada en la mayoría de casos. Quienes me conocen pueden dar fe de que no hay forma alguna de que me entretenga con la política y por eso no suelo conversar ni discutir de algo relacionado. Sin embargo esta vez debo hacerlo por lo visto en los últimos días.
Para los que no saben hace ya un buen tiempo distintos medios de comunicación la posibilidad de que el ex presidente del Perú y reo por crímenes contra los derechos humanos, Alberto Fujimori, recibiera el indulto presidencial. Hace unos días esta gracia fue negada por el actual presidente.
Quienes compartieron sus opiniones en el (no tan corto) trayecto de esta decisión lo hicieron de manera particularmente polarizada. En síntesis los comentarios y opiniones fueron algo así: 1. Que sí le den el indulto porque, en verdad, es inocente y no merece la prisión. 2. Que no le den el indulto porque es un maldito y sí se merece ese sufrimiento.
La resolución al primer problema o preposición es más fácil. Si el sujeto es inocente éste no tendría que pedir perdón sino demostrar su inocencia. Listo.
La resolución al segundo problema o preposición sí es un tanto más complicada porque, pienso yo, hay más factores que explicar.
Lo primero sería definir qué significa la palabra indulto. Según la RAE indultar significa “perdonar a alguien total o parcialmente la pena que tiene impuesta”. Y si vamos a la palabra perdonar encontramos que esta significa “remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa”. En ninguna de las aceptaciones a estas palabras se refieren a justicia o merecimiento alguno.
Sumerjámonos entonces un poco más profundo en lo que significa el perdón para resolver mejor este problema. El perdón es algo que se da o se recibe sin ningún precio o condición, simplemente se perdona porque se quiere perdonar y listo; porque si perdona recibiendo algún tipo de retribución pues es verdad no se perdona, solamente se cobra una deuda. Se perdona porque se ama.
Pero uno solo entiende el perdón solamente cuando es perdonado, cuando experimenta el amor en el perdón. Ejemplos de esto hay muchos y uno está insinuado en la imagen.
Entonces podríamos definir al indulto como perdón y en este evento específico que relato al inicio tendría que entenderse de esta manera. Si esta persona fue perdonada o no y por qué. Aunque juzgar o analizar este por qué no tendría sentido ya que quien perdona lo hace porque quiere. No necesita dar razones ni explicaciones del por qué perdona, perdona porque ama.
Claro, en este caso en específico el no perdonar esa culpa específica podría ser un acto de mayor amor porque busca un bien mayor para el resto y otras razones que no quiero discutir. Por esto, yo no juzgo ni tengo una posición al respecto. Entonces intentar establecer si alguien debe o no perdonar es imposible porque es algo que recae en el amor y la conciencia de la persona que puede hacerlo.
Volviendo al principio digo a los que argumentan la inocencia que la prueben simplemente. Y a quienes argumentan lo contrario ‘porque es un maldito’ pregúntense si quienes los perdonaron de una falta que alguna vez cometieron pensaron ‘no porque se lo merece’.